Documento presentado por Fernando Acosta en la Mesa Redonda “La Lucha Antimperialista de los Pueblos Latinoamericanos y del Caribe”, realizada en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Coahuila, el 26 de Julio del 2022.
La etapa en la que vivimos es la del Imperialismo Global, caracterizada por la fusión de capitales de los Monopolios y las empresas multinacionales, creando la mayor concentración de capitales nunca antes vistos en la historia moderna y una oligarquía que controla el poder político mediante un modelo económico llamado abiertamente Neo-Liberal.
El modelo neoliberal reduce al mínimo la competencia de las empresas y las mercancías, que fue lo que dio origen al sistema capitalista. En esta etapa del desarrollo capitalista los países altamente desarrollados pierden su posición de metrópoli imperialista. Hoy el capital no tiene forzosamente que anidar en un país poderoso; los dueños del capital pueden estar inclusive en uno de los países más pobres y atrasados del planeta y ser reconocidos como los hombres más ricos del mundo. El imperialismo global, con la concentración de capitales, pone en crisis permanente al sistema capitalista actual, pues crea una crisis social donde el proletariado no tiene garantizada la existencia, la libre concurrencia para vender su fuerza de trabajo, forma única de creación de riqueza y de distribución que también está en crisis permanente, acrecentando el desempleo que llega a niveles nunca antes vistos en países desarrollados, con tasas de desempleo por encima del 25% de su población económicamente activa (PEA), rompiendo el equilibrio entre capital y trabajo.
Los voceros de la Oligarquía y sus corifeos, quieren hacer creer que el desempleo se da por el avance de la ciencia y de la técnica, que también ha llegado a niveles nunca antes vistos, y que en el futuro inmediato la clase obrera quedara desplazada del escenario económico. Esto es un engaño. En primer lugar para mover la nueva ciencia tecnológica se requiere de los recursos naturales del planeta, que no son propiedad particular de nadie, o dicho de otra forma son propiedad no solo de la sociedad humana en su conjunto, también son parte del equilibrio de la vida y la naturaleza. NO SON DE NADIE Y A LA VEZ SON PROPIEDAD DE TODOS LOS SERES VIVOS. No puede un reducido grupo de oligarcas declararse dueño de los recursos naturales del planeta y ponerlos a disposición del 1% de la población mundial que no tiene Metrópoli, ni Patria, ni Nación. Bajo estas contradicciones el Imperialismo Global no tiene perspectiva. O hacemos la Revolución Global y desplazamos del poder político a los gobiernos neoliberales, o transitamos a formas políticas irracionales que a lo único que nos pueden conducir es a la barbarie.
La Revolución Global es la respuesta. Hoy existen las condiciones para hacerlo. La humanidad en su conjunto ha alcanzado un nivel de cultura. Las culturas ancestrales de los pueblos originarios que crearon las naciones hoy son conocidas y difundidas por todos y todas. Este puede ser el punto de partida para llegar a la justicia social y a la unidad nacional, reconociendo a los pueblos originarios como referente político que sobre la colonización resistió manteniendo en alto nuestras raíces históricas como Nación. El mestizaje que surgió mediante el sometimiento, con mucha dignidad fue el que engrosó las filas de los proletarios, que llevó a cabo las revoluciones de transformación de la sociedad moderna con grandes luchas campesinas y obreras, luchando por el reconocimiento de clase, elevando el nivel de vida mediante la lucha revolucionaria. Este referente político es el antecedente para la transformación social, ya que no solamente jugó el papel principal de las revoluciones democrático burguesas, sino que su lucha rompió la cadena del capitalismo, creando la dualidad del poder en las revoluciones proletarias que están presentes en el mundo entero y que con su visión revolucionaria crean la teoría y la metodología para el cambio social en la propia entraña del sistema capitalista. Este referente es el que mantiene viva la llama de la revolución que terminará con la explotación del hombre por el hombre, y el que mantiene la teoría de la vanguardia mediante el partido de clase.
Hoy, como en 1864 que surgió la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT) toma vigencia la unidad y la creación del ejercito único de trabajadores del mundo, y en ese esfuerzo debemos comprometernos. Los engaños de la oligarquía topan con pared: en el mundo existen 800 millones de obreros organizados en centrales obreras; solo China tiene una afiliación de 302 millones en la Federación Nacional de Sindicatos (FNS) y la Industrial Global Union, de la que forma parte el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, tiene una membresía de 50 millones de obreros.
La etapa del Imperialismo Global, como expresamos al principio, no tiene perspectiva. El futuro de la humanidad es la del hombre liberado de las ataduras del capital y la construcción de una sociedad de libres productores.