*Documento preparado para la IV Conferencia Nacional de Organización celebrada en Julio del 2022.
La filosofía Marxista nos enseña que la lucha de clases es el motor transformador de la sociedad y que mediante ella se puede llegar a alcanzar una sociedad que termine con esta contradicción creando una sociedad sin explotadores ni explotados conocida teóricamente como comunismo científico.
El marxismo surge en la lucha de clases con el manifiesto del partido comunista obra filosófica literaria que a petición de las ligas obreras clandestinas entre ellas la liga de los justos pidieron a Marx y a Engels redactaran un documento para dejar la clandestinidad y salir a la luz pública a luchar por el poder del estado y crear una nueva sociedad sin explotadores ni explotados, derrocar a la burguesía del poder público y crear un estado proletario dirigido por la clase obrera estamento genuino surgido del desarrollo del sistema capitalista.
En este periodo de la historia 1847, a 87 años de haber iniciado la Revolución Industrial, bajo enormes carencias, la clase obrera se ponía a la vanguardia de la lucha revolucionaria, pues en primer orden estaba mejorar las condiciones de vida y existencia del pueblo trabajador, la lucha política también estaba en primer orden, al igual que la propia existencia, bajo esas condiciones se trazaba la línea estratégica y táctica para el logro de los objetivos. El partido premisa fundamental para el cambio social y la unidad obrera para avanzar como clase social y lograr el reconocimiento de clase y el mejoramiento de sus condiciones de vida. Estos dos objetivos eran un binomio inseparable que no se podía alcanzar un objetivo sin el otro.
Así los comunistas avanzaron y convocaron a la creación de la primera internacional comunista que fue fundada en Londres el 28 de Septiembre de 1864, creándose la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), a Marx se le encargo la redacción de un manifiesto al que se le conoce como “Manifiesto Inaugural de la Asociación Internacional de Trabajadores”. En este manifiesto queda clara la concepción de clase, la lucha por el derrocamiento de la burguesía y la lucha por el poder de la clase obrera. Engels dice al respecto en el prefacio de la edición alemana del manifiesto del partido comunista de 1890 en su segundo párrafo. “Cuando la clase obrera Europea hubo recuperado las fuerzas suficientes para emprender un nuevo ataque contra el poderío de las clases dominantes, surgió la “Asociación Internacional de los Trabajadores”. Esta tenía por objeto reunir a un inmenso ejército UNICO, a todas las fuerzas combativas de la clase obrera de Europa y América. No podía, pues, partir de los principios expuestos en el Manifiesto del Partido Comunista. Debía tener un programa que no cerrara las puertas a las tradeuniones Inglesas, a los proudhonianos Franceses, belgas, Italianos y Españoles, (anarquistas) y a los Lassallanos Alemanes”.
Esta es la enseñanza, la praxis de la lucha fecunda, que mediante la unidad puede lograr los objetivos de clase, con ascensos y descensos, con flujos y reflujos, esta lucha de la clase obrera nos ha llevado hasta el estadio actual, a 25 años de la creación del Manifiesto del Partido Comunista se dio el primer desafío a las clases dominantes con la Comuna de Paris en 1871 por dos meses el proletariado tomo el poder en Paris, 15 años después (1886) otro desafío a las clases dominantes con las huelgas de Chicago, medio millón de obreros se declararon en huelga por la jornada laboral de 8 horas parando toda la industria de Chicago que termino con la represión en la llamada “REVUELTA DE HAYMARKET” el 4 de Mayo de 1886 hubo muertos y heridos y ocho obreros que fueron condenados a la horca conocidos como los Mártires de Chicago pero al final se logró la jornada laboral de 8 horas, de ahí parte un periodo de ascenso de la lucha revolucionaria de la clase obrera que en todo el mundo va a lograr el reconocimiento de clase y sus demandas van a quedar como leyes supremas reconocidas por los estados burgueses. Al iniciar el nuevo siglo XX el desafío a las clases dominantes va en aumento la lucha de la clase obrera da un salto en su nivel de conciencia, mediante el pensamiento crítico se combaten las desviaciones ideológicas de izquierda que se anidaban en los partidos de la época desde la segunda internacional creada en 1889. En Europa los partidos socialdemócratas Marxistas son los más avanzados logrando la representación en los parlamentos. Pero también al inicio del siglo XX mediante el desarrollo capitalista y la competencia por los mercados se empieza a fraguar un nuevo reparto del mundo iniciando una guerra velada antes de declararla. El capitalismo ha llegado a la etapa del imperialismo, las clases dominantes van a formar la oligarquía internacional, el nuevo reparto del mundo será para ellos, y sus aliados serán las capas conservadoras de cada nación del mundo y gozaran del reparto. Toda esta reacción se va a volcar contra la clase obrera y su lucha revolucionaria y contra sus aliados de clase, los campesinos pobres.
Aquí cabe abrir un paréntesis para ver lo que decían Marx y Engels en el prefacio de la edición Rusa del Manifiesto del partido Comunista de 1869 “La primera edición rusa del manifiesto del partido comunista, traducidas por Bakunin, fue hecha a principio de la década del 60 en la imprenta del Kolokol. En aquel tiempo, una edición rusa de esta obra podía parecer al occidente tan solo una curiosidad literaria. Hoy semejante concepto sería imposible.
Cuan reducido era el terreno de acción del movimiento proletario en aquel entonces (Diciembre de 1847) lo demuestra mejor que nadie el último capítulo del <Manifiesto>: <Actitud de los comunistas ante los diferentes partidos de oposición en los diversos países>. Rusia y los Estados Unidos precisamente, no fueron mencionados. Era el momento en que Rusia formaba la última gran reserva de toda la reacción Europea, y que la emigración a los Estados Unidos absorbía el exceso de fuerzas del proletariado de Europa. Estos dos países proveían a Europa de materias primas y eran al propio tiempo mercados para la venta de su producción industrial. Los dos eran, pues, de una u otra manera, pilares del orden vigente en Europa.
¡Cuán cambiado esta todo! Precisamente la emigración Europea ha hecho posible el colosal desenvolvimiento de la agricultura en América del Norte, cuya competencia conmueve los cimientos mismos de las grandes y pequeñas propiedades territoriales de Europa. Es ella la que ha dado, además, a los Estados Unidos, la posibilidad de emprender la explotación de sus enormes recursos industriales, con tal energía y en tales proporciones que en breve plazo han de terminar con el monopolio industrial de la Europa occidental, y especialmente con el de Inglaterra. Estas dos circunstancias repercuten a su vez de una manera revolucionaria sobre la misma Norte América. La pequeña y mediana propiedad agraria de los granjeros, piedra angular de todo el régimen político de Norteamérica, sucumben de continuo ante la competencia de haciendas gigantescas mientras que en las regiones industriales se forman, por primera vez, un numeroso proletariado junto a una fabulosa concentración de capitales.
¿Y en Rusia? Al producirse la revolución de 1848-49, no solo los monarcas de Europa, sino también la burguesía Europea, veía en la intervención Rusa el único medio de salvación contra el proletariado, que empezaba a despertar. El Zar fue aclamado como jefe de la reacción Europea. Ahora es en Gáchina, el prisionero de guerra de la revolución, y Rusia está en la vanguardia del movimiento revolucionario de Europa.
El <<manifiesto comunista>> se propuso como tarea proclamar la desaparición próxima e inevitable de la moderna propiedad burguesa. Pero en Rusia a lado del florecimiento febril del fraude capitalista y de la propiedad territorial burguesa en vía de formación. Más de la mitad de la tierra es propiedad común de los campesinos. Cabe, entonces, la pregunta: ¿podría la comunidad rural Rusa —forma por cierto ya muy desnaturalizada de la primitiva propiedad común de la tierra —pasar directamente a la forma superior de la propiedad colectiva, a la forma comunista, o, por el contrario, debería pasar primero por el mismo proceso de disolución que constituye el desarrollo histórico de occidente?
La única respuesta que se puede dar hoy a esta cuestión es la siguiente: si la revolución Rusa da la señal para una revolución proletaria en occidente, de modo que ambas se completen, la actual propiedad común de la tierra en Rusia podrá servir de punto de partida a una revolución comunista.” (Este análisis de la situación Rusa y de Estados Unidos la hacen Marx y Engels en 1869 a ocho años de inicio de la guerra civil en Norteamérica conocida como la guerra de secesión que termino en 1865 con la victoria de los Estados del Norte, y la abolición de la esclavitud que se practicaba en los Estados del Sur).
La primera guerra mundial es la contradicción fundamental intrincica del sistema capitalista que se refleja cuando ya no es posible la competencia capitalista por medio de las mercancías y la política, ya que los mercados han sido colonizados y sus materias primas van directo a las metrópolis de los conquistadores y a la inversa los productos y las manufacturas de la metrópoli regresan a la colonia. Ellos mismos quieren romper esta inercia, anexionándose más tierras, sojuzgando Naciones, boicoteándose entre ellos mismos, han iniciado a preparar esta guerra desde fines del siglo XIX, y a principio de este siglo XX, no aceptan revoluciones como la de 1905 en Rusia y unos han llegado a declarar (Alemania) que hacen la guerra para liberar a los pueblos del despotismo zarista, y otros (Inglaterra y Francia) que hacen la guerra contra el militarismo Alemán y ayudan al Zarismo a oprimir más aun a Polonia, Ucrania, pero sobre todo a sofocar con más violencia la revolución en Rusia iniciada en 1905.
Esto pasaba en Europa pero en América las agresiones iniciaron antes, en 1847 los Estados Unidos ponían en vigor el neo-colonialismo y se anexaban más de la mitad del territorio Mexicano mediante la guerra, y ese territorio era ocupado por grandes plantaciones trabajadas por cientos de miles de esclavos negros. Con anexiones y compra de estados completos los estados unidos lograron un poderío superior que cualquier nación de Europa y su desarrollo capitalista al iniciar la primer guerra mundial estaba a la par que los países beligerantes, para 1910 que estallo la Revolución Mexicana los Estados Unidos intervinieron para pararla, preparando desde la embajada Norteamericana el asesinato del presidente Madero y el vicepresidente Pino Suarez en febrero de 1913, iniciando la guerra civil armada, convirtiéndose en una revolución popular que para 1917 triunfaba e iniciaba una transformación social sin precedentes en la América Latina.
Como podemos observar la reacción mundial quería el reparto del mundo y para lograrlo tenía que apagar toda revolución que se desarrollarse en sus pretendidos territorios, y si los dos bandos beligerantes aspiraban al mismo territorio, pues la revolución era su objetivo primordial y había que apagarla o exterminarla. Por eso los partidos obreros, socialdemócratas y comunistas tenían que autocriticarse, combatir las desviaciones de izquierda que los dividían y los ponían al servicio del enemigo de clase, de esta manera cayo en crisis la segunda internacional, con una profunda desviación oportunista, ya que cuando se dio el ascenso del proletariado aparte de lograr el reconocimiento de clase, llego a los parlamentos, y cuando se dio el descenso y el reflujo de la revolución no cambio su táctica y empezó a colaborar con los gobiernos de la reacción hasta demandar los empréstitos de guerra. Mediante la crítica constructiva, los partidos obreros que habían crecido en el ascenso revolucionario de la clase obrera, iniciaron la depuración combatiendo toda desviación de izquierda retomando la ideología marxista, para enfrentarse con éxito en la batalla de clase contra clase, que por las mismas contradicciones del capitalismo pronto se dieron, y fue precisamente en la Rusia zarista.
Otro gran desafío a la clase dominante. Pero esta vez rompiendo la espina dorsal del sistema capitalista, mediante la primera revolución proletaria conocida como “La Revolución de Octubre” en 1917, que crearía la dualidad del poder a nivel mundial, al iniciar la construcción de un nuevo sistema de la vida social en las propias entrañas del sistema capitalista mundial. Estas dos revoluciones la mexicana en 1910 en el continente Americano, al lado del país más poderoso de este continente con una tendencia anexionista y ya elevado a la categoría de imperialista y la de Octubre en Rusia en 1917 en la Europa del Este, al lado de los países imperialistas más beligerantes que en ese momento se disputaban los territorios de la propia Rusia, van a ser el punto de partida de la lucha revolucionaria a nivel mundial, pero a la vez el trampolín que impulse la lucha proletaria al logro de su emancipación.
Estas dos revoluciones se dan en plena primera guerra mundial y ambas superan los desafíos de los países poderosos y de la oligarquía internacional que va a poner en bancarrota a todos los países que entraron a esa conflagración mundial y sobre todo a los que sufrieron en su territorio el desastre de la guerra y que al finalizar esa odisea van a ocasionar la gran depresión de 1929, que esa si va a golpearlos a todos, y les va a atar las manos a los países imperialistas, para detener esas dos revoluciones que se van a cristalizar creando un mundo vi polar
El capitalismo va a seguir siendo la fuerza hegemónica en el mundo pero para seguir tiene que superarse, así mediante “la superación del capitalismo” la lucha proletaria avanza a pasos agigantados en un corto periodo de tiempo, periodo que lo detiene el revanchismo de las potencias imperialistas que a toda costa buscan anexionar territorios volviendo a preparar el campo de operaciones bélicas. Otra vez Europa y se crean dos bandos, ambos desde el inicio van a direccionar sus baterías contra la revolución proletaria que se desarrolla en Rusia, pero sin descuidar al continente Americano donde la Revolución Mexicana ha alcanzado todos los objetivos trazados por esa revolución anti capitalista, anti feudalita, que enrumba su política económica a un capitalismo de estado mediante el fortalecimiento del estado en la economía, por medio de empresas para estatales básicas y prioritarias para el desarrollo independiente de la Nación Mexicana.
Mediante esta relación de relatos y hechos históricos nos podemos dar cuenta que las organizaciones de masas son el eje crucial de la sociedad y que su acción a través del tiempo debe ser congruente con la lucha revolucionaria y de transformación social. Que las ideas y la acción llegan a las masas cuando la vanguardia revolucionaria traza los objetivos históricos que se persiguen y le toca a las masas hacerlos suyos libremente y con plena conciencia de clase. La vanguardia revolucionaria que es parte de la clase puede y debe participar en la lucha de las masas pero siempre respetando la independencia de la estructura de las organizaciones de masas y sin tratar de corporativizarlas. Cuando las masas reconocen a la vanguardia revolucionaria libremente hacen suyo su programa y se avanza por el camino de la revolución, resolviendo las contradicciones.
De la misma forma con estos relatos y hechos se destaca que la revolución proletaria no es propia de un Continente o de alguna Nación, rompiendo la concepción Euro centrista, reconociendo también que las ideas son universales y propiedad de la humanidad y que los grandes pensadores también, que las formas de socialismo que se han aplicado en el mundo, corresponden al desarrollo propio de las naciones y del proletariado y que se ha dado mediante la lucha revolucionaria, que la teoría y metodología Marxista debe conceptualizarse cabalmente, primero en el momento de la revolución y segundo en proceso dialectico del cambio social hasta alcanzar el nuevo sistema de la vida social. Cuando nos referimos al continente Americano, expresamos la lucha revolucionaria del proletariado que mediante su acción revolucionaria ha logrado desarrollar las fuerzas productivas y ponemos como ejemplo a la Revolución Mexicana, pero reconocemos que el proletariado en cada una de las naciones que conforman el continente vislumbran el horizonte socialista. Lo mismo pasa en los demás continentes del planeta.
Como conclusiones podemos mencionar las siguientes. Las organizaciones de masas deben ser independientes del gobierno, de los patrones y de los partidos políticos. Sus formas organizativas deben ser democráticas, de libre afiliación, de solidaridad de clase. Sus principios deberán estar basados en la independencia económica y política de la Nación, de lucha contra toda manifestación de Fascismo, Racismo, Neo colonialismo y de reconocimiento a la lucha de las naciones que luchan por estos principios y su auto determinación. Su programa estará basado en la emancipación como clase, en el constante mejoramiento de las condiciones de vida, en el cuidado del medio ambiente, los ecosistemas y el equilibrio de la naturaleza. Su objetivo político estará basado en la construcción del poder popular, en la solidaridad y ayuda mutua con los demás sectores de la sociedad.
La Vanguardia del proletariado es el Partido de Clase, que estará constituido por cuadros políticos formados para la defensa de la clase y para que esta ascienda al poder por medio de la lucha política y por todas las formas de lucha. El partido debe estar ligado a la lucha de masas por medio de sus cuadros, por lo tanto el partido debe formar cuadros de todos los estamentos que componen el proletariado obreros, campesinos, maestros, empleados de tiendas departamentales y de servicios, trabajadores de la salud, trabajadores transportistas, trabajadores del mar, sub empleados, burócratas, pequeños industriales, pequeño comerciantes, universitarios, intelectuales, pensionados, jóvenes, estudiantes, desempleados, colonos, resistencias, luchadores sociales. Los cuadros políticos del partido son las correas de transmisión entre el partido y las masas y de esa forma el partido se gana la vanguardia de la clase.