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jueves, septiembre 4, 2025

La lucha por el socialismo es la lucha por la vida.

Por Diego Hernández, miembro de la Dirección Colectiva. 
Ponencia presentada en el  Conversatorio: “La guerra del capitalismo y nuestra lucha por la vida” en Monterrey, NL.

Marx tenia razón, cuando aseguró que el capitalismo había nacido goteando lodo y sangre. Cuando la clase social naciente y revolucionaria en ese tiempo como la burguesía, tomaron el poder, los medios de producción, sobre todo la tierra despojada a los señores feudales.  Los campesinos quienes habían participado en las revueltas, fueron engañados y pasaron de ser siervos de la gleba a trabajadores artesanos y posteriormente con la industrialización de algunos países sobre todo en Inglaterra, se pusieron los grilletes de la industria para ser explotados en los nuevos centros industriales del capital.

A la par de ello, nuevas rutas de comercio y navegación, abriría la posibilidad al traslado de mercancías, explotación de recursos, pero sobre todo de comercio o para decirlo en sus palabras, la esclavitud de personas traídas del África para ser explotados en los campos del llamado “nuevo mundo”.

Para tener una idea, la esclavitud africana por holandeses y portugueses en los años 1501-1641 llegaron al “nuevo mundo” 620 mil esclavos. Fue hasta el siglo XVIII que por parte de ingleses y franceses traficaron cerca de 5.5 millones de personas. En el caso de Estados Unidos la esclavitud aumentó de 700 mil  en 1790 a 4 millones en 1860.  Se puede decir que cerca de 12.5 millones de africanos fueron esclavizados durante el proceso colonizador y expansionista de los países imperialistas.

La llegada de invenciones tecnológicas como herramientas, o máquinas de vapor no trajo mejores condiciones de vida para los trabajadores, sino que amplió los grupos de edad y género dentro de los centros de trabajo. El capital podía diseñar nuevas estrategias para reducir salarios empleando a mujeres y niños, Marx ya hablaba del empleo de infantes debido a que sus manos eran más pequeñas y tenían la capacidad de maniobrar hilos o herramientas cada vez más sofisticadas; aunque también se podían dejar manos, dedos, brazos entre las maquinas que seguían su marcha laboral. Los dedos, los brazos y las manos de mujeres y niños eran rápidamente reemplazados por otros.

A lo largo de la historia del capitalismo han existido las grandes potencias, las cuales han utilizado a las guerras para la recomposición del poder mundial y sus territorios.  La primera Guerra Mundial vino a recomponer el mapa de las potencias imperialistas, en medio de ello, la primera revolución proletaria del mundo, la rusa de 1917 puso en evidencia las contradicciones del capitalismo imperialista y colonialista de la época, esta revolución entregó el poder a los soviets  erigiendo el primer Estado dirigido por y para los trabajadores.

Uno de los periodos mas oscuros y sangrientas del capital fue en la Segunda Guerra Mundial. El sistema financiero, con el industrial y la mano de hierro del nazi fascismo plagaron de la peste parda a gran parte del mundo. Allí éste conoció el odio de clase y el racismo alemán. Hasta que el ejercito rojo liberarían los campos de concentración y a Berlín, poniendo fin a uno de los capítulos mas oscuros de la historia de la humanidad con 80 millones de muertos, siendo la Unión Soviética la que mas bajas tuvo con 27 millones de personas combatientes y ciudadanos que enfrentaron al fascismo de frente.

A pesar de los esfuerzos por construir la paz en el mundo, la Guerra fría provocó la polarización de éste. Las luchas que se vinieron en los años de la postguerra fueron de liberación. Buena parte de los países del África, Asia y sobre todo de nuestra América, emprendieron un viaje sin retorno. Los movimientos revolucionarios enfrentaron a las amenazas imperialistas ya sea europeas, asiáticas o norteamericanas que mantenían control férreo sobre sus colonias y países, los cuales entregan tributo en un proceso profundo de dominación. Podemos contar varios países entre ellos, Vietnam o Cuba, del cual en el país asiático murieron 3 millones de personas entre ellos 58 mil soldados estadounidenses que salieron huyendo. Y Cuba a la cual le reconocemos su valor y heroísmo al enfrentarse de manera permanente al imperio.

Con la caída del bloque socialista quedó abierto el campo para que el imperialismo norteamericano abriera diversos frentes y campos de batalla como en el medio oriente o América Latina para saquear pueblos y recursos naturales, derrocar gobiernos y eliminar cualquier proceso de insurrección y movilización de trabajadores y revolucionarios. La pérdida no sólo fue de recursos, sino de vidas humanas. Los conflictos por el territorio que el imperialismo desarrolló una vez caído el muro de Berlín y el bloque socialista. Se estima que en la guerra de los Balcanes murieron 200 mil personas, y las Guerras del medio oriente como Afganistán, Irak, Pakistán, Siria, Yemen, Libia han dejado muertos de casi un millón de personas.

Hoy a nivel mundial se libran otras batallas, el mundo ha quedado horrorizado con el genocidio que realiza el Estado sionista de Israel al pueblo de Palestina, sin que las instancias internacionales puedan parar tal magnicidio. Sólo en estos meses han asesinado a más de 58 mil palestinos en los que se pueden contar niños, mujeres y ancianos, dejando a ese pueblo a que muera de hambre, sed o por los ataques del Estado sionista.

México y el horror de la guerra

El caso de México el proceso de acumulación por despojo no sólo se dio en los campesinos de la Francia feudal o de la Inglaterra protestante, sino ahora se da con otros tiempos, otros nombres, otras empresas, otros gobiernos. Y ello implica el hurto y despojo de tierras, la explotación de mano de obra, la explotación irracional de recursos naturales como el agua o los bosques. Esta acumulación por despojo que Marx había caracterizado en su tiempo, tiene vigencia, respira y se agita con los coletazos y zarpazos que les da a los pueblos de México.

La violencia del Estado se volvió una tradición dentro de las fuerzas armadas, el arte de matar, de torturar y desaparecer eran premiadas en las mejores academias militares de los Estados Unidos. Con diploma en mano, las fuerzas del Estado mexicano se abalanzaron contra toda una generación, datos menciona que entre 1964 y 2005 desaparecieron 1633 personas en su mayoría por sus ideas, postura y acciones políticas.

La irrupción en la escena política del EZLN en 1994, evidenció las contradicciones sociales de un México empobrecido y clasista, frente al Estado mexicano “primermundista”, blanco en donde sus principales funcionarios incluidos el presidente de la república egresaron de las más prestigiosas universidades de los Estados Unidos.

La irrupción zapatista fue como una michelada bien helada, en los tiempos de la resaca que provocó la caída de la URSS y en medio de la terrible crisis económica por el bloqueo a Cuba socialista en pleno periodo especial. Las contradicciones de clase y étnicas se veían reflejadas en la guerra paramilitar que se abalanzó contra los pueblos indígenas, posterior al levantamiento de 1994, esta estrategia iba emparejada con proyectos de despojo y explotación de territorios por los capitalistas nacionales y extranjeros.

 El nuevo milenio trajo consigo la consolidación de la política de muerte, el capitalismo aborrecía a los pobres, a los indígenas, a las mujeres, a los ancianos, a los gays, a los punks, a los cholos, a los desviados, a los drogadictos y alcohólicos, a los jornaleros, a todo lo que no era blanco, de clase alta, hombre, hetero. Se construía también el racismo, el clasismo, la xenofobia, la aporofobia, y los tabloides evidenciaron nuevos fenómenos de desapariciones y ejecuciones como fue el caso de mujeres pobres y obreras de la maquila en la frontera norte con los Estados Unidos, las muertas de Juárez les llamaron, que aparecían en predios, en baldíos o no aparecían por ningún lado.

El capitalismo a lo largo de la historia se había caracterizado por proceso de explotación en campos agrícolas o centros industriales. Hoy el capitalismo ha mutado, se puede decir que en su primera etapa fue el capital industrial, ese que Engels había descrito en Inglaterra o Marx en su obra del capital, le siguió el capital imperialista, ese que Lenin había descrito en los años de la revolución de octubre. Pero quiero preguntar a la sala, ¿que capitalismo tenemos hoy en día?

Tratando de adentrarme en una definición podría llamarlo como necrocapitalismo, o capitalismo de muerte. Ahora éste ha mutado, han creado un mercado de muerte, con la venta de órganos, con la explotación de mujeres, con la venta de personas, con la esclavitud de migrantes, con el asesinato y la extorsión, con el secuestro de personas, con la desaparición de seres humanos. Han envenenado los ríos, los lagos, los mares, han talado selvas y bosques enteros de manera clandestina o publica, siguen dinamitando la tierra en búsqueda de metales.

El necrocapitalismo ha creado una nueva Guerra, ya no contra el comunismo como lo hacia en la Guerra fría, ni contra el terrorismo como lo hizo en diversas guerras del golfo pérsico. Le ha declarado la Guerra a las drogas y al narcotráfico, lo que sea que signifique eso. Este fenómeno es contradictorio, digamos que el mayor mercado de consumo de drogas como lo es Los Estados Unidos, crea una guerra en los países productores como Colombia o México por citar a algunos o los mas representativos, pero no hace por parar el consumo y trasiego dentro de sus fronteras, envenenando a sus ciudadanos y matándolos por sobredosis, se estima que solo en el 2023 y 2024 murieron casi 200 mil personas en Estados Unidos por el uso y consumo de sustancias.

En México la guerra contra las drogas y el narcotráfico ha provocado la muerte de medio millón de personas y más de 130 mil desaparecidos desde que fue declarada de manera oficial. Siguiendo el manual y mandato de sus amos, los que dirigen en la Casa Blanca. Esta Guerra ha posicionado a mas de 100 mil soldados en las calles, incluyendo otro tanto de marinos y Guardia Nacional. Provocando muertes y enfrentamientos. Se estima que el ejercito ha participado en diversos asesinatos sobre todo de jóvenes como en Tamaulipas, Sonora o en el caso más sonado de Ayotzinapa, donde se presume una vinculación directa con el 27 batallón de Iguala y las células del crimen organizado que operaban la zona.

El proceso de militarización y guerra en México, ha provocado también la multiplicación de organizaciones y células delictivas pasando de 20 a 200 en 19 años.

El necrocapitalismo no sólo enferma la tierra, el aire, el agua. También enferma a las personas con drogas, según estimaciones de la oficina de Naciones Unidas contra la droga y el delito, se estima que en el mundo existen (292 millones de adictos) y en México (1 millón 713 mil).  El necrocapitalismo ha creado un mercado de consumo de drogas por el cual su trafico y trasiego, se puede matar, desaparecer, perseguir o encarcelar ciudadanos.

El necrocapitalismo ha creado una nueva forma de sacar ganancias. Según Tom Wainwright escritor de Narconomics, el comercio de la cocaína a nivel mundial equivale a 90 mil millones de dólares anuales, de los cuales México representa el 33% de las ganancias. En ese sentido el necrocapitalismo ha creado la narrativa en los jóvenes sobre todo que todo está perdido, y que es mejor vivir tres años de rey dentro del narcotráfico a una vida de wey.

El necrocapitalismo desprecia la vida,  es capaz de dejar enterrados a sus propios trabajadores, ¿que mayor desprecio de clase que este? A 19 años de la tragedia, aun hay cuerpos enterrados en la Mina 8 de Pasta de Conchos en Coahuila. A pesar de los esfuerzos de colectivos, familias y organizaciones como el Partido de los Comunistas y la Juventud Comunista de México por intentar rescatar los cuerpos. Los responsables siguen haciendo ganancias y no en la cárcel como deberían de estarlo.

El necrocapitalismo desprecia a las mujeres, tal es así que justifica sus homicidios que son más de 10 mil en los últimos 13 años. De manera silenciosa, las mata, se vuelven estadísticas, las criminaliza, las trata de reducir a simples cuerpos de reproducción. El horror en el México violento, son mujeres trabajadoras, humildes, precarizadas, son mujeres de las cuales no merecen el luto nacional, por el contrario solo han recibido la burla, el escarnio, pero sobre todo la falta de justicia y encarcelamiento a sus agresores y homicidas.

La transformación del capital en México

El México convulso de los últimos años, encontró eco en la búsqueda de nuevas oportunidades para los capitalistas mexicanos. La 4T fue la elegida para servir como válvula de escape y contención de la desesperación de nuestro pueblo por sacar a los que se han enriquecido por décadas y saqueado a este país. Sin embargo, con el gobierno de Obrador los capitalistas mexicanos han incrementado su fortuna hasta en un 82%. Según el estudio de Bloomberg en julio del 2024, los 14 más ricos del país acaparan el 8% del total de la riqueza y 294 mil personas tienen el 60% de la riqueza nacional.

En el caso de Carlos Slim, en el gobierno de Obrador su fortuna creció en 78% pasando de 52 mil 900 MdDlls a 94 mil 200 mddlls, no esperamos que con Claudia Sheinbaum esta tendencia se reduzca, al contrario, incrementará. Por su parte el segundo hombre más rico de México Germán Larrea de Grupo México creció un 944% con la 4T pasando de 3 mil 600 MdDlls a 37 mil 800 MdDlls. Debemos de recordar que este hombre es responsable de la muerte de 65 mineros en Pasta de Conchos, Coahuila y del mayor desastre ecológico que ha tenido nuestro país en la historia reciente, vertiendo 40 mil metros cúbicos de sulfato de cobre en el río Sonora.  En vez de que se investigue y encarcele por estos crímenes, Germán Larrea goza de total impunidad con la 4T. Ahora en un nuevo intento por salvar a los capitalistas mexicanos, proponen el Plan México. Lo que vendrá será mas saqueo, mas explotación, mas muerte.

La lucha por la vida

El Partido de los Comunistas entiende que la contradicción fundamental entre el capital y el trabajo sigue vigente en los diversos centros industriales y en donde el capitalismo encaja sus colmillos para sacarle provecho al trabajador e incrementar sus ganancias, incluso ha creado nuevas formas de explotación o de auto explotación como por ejemplo todos los trabajadores de aplicación. En donde desde una app creada en Estados Unidos, Inglaterra o cualquier parte del mundo, trabajadores no solo ponen su fuerza de trabajo, sino también sus herramientas, teléfonos, carros o motocicletas. Sin mas que el sueldo, estos trabajadores ganan a partir de incrementar sus horas de trabajo. Haciendo jornadas de 12, 14 , 16 o 18 horas al día.

Pero sabemos que la contradicción se extiende entre el capital contra la vida. La lucha no es, la de los gringos contra los mexicanos, no es la lucha de Trump contra la presidenta como intentan aparentarlo, es la lucha del capital contra la humanidad, es la lucha del capital contra la vida como la conocemos, en ellos encuentran trabajadores, mujeres niños, ancianos, pueblos indígenas, maestros, personas de la comunidad LGBT, entre otros. Es el capital contra los defensores del territorio, así lo demuestran los 123 ambientalistas y defensores asesinados en los últimos 6 años, como Samir Flores Soberanes, opositor al Proyecto Integral Morelos (PIM). La respuesta del estado es muerte.

Como Partido queremos hacerles una pregunta ¿Salir de la crisis del capitalismo o salir del capitalismo en crisis? Qué alternativa proponemos los comunistas para ello. Debemos de salir del capitalismo en crisis, construir otra cosa, otra sociedad. Nosotros le llamamos socialismo.

Se debe rescatar el cuerpo como espacio y referente de resistencia y lucha, y como emoción de vida que revierta las tendencias de muerte dentro del actual sistema capitalista. Estas bioresistencias deben enfocar sus esfuerzos a la lucha por la vida y la sobrevivencia de la especie, si no estaremos condenados a seguir caminando y dibujando trazos de sangre y muerte por los siglos de los siglos hasta que la especie humana desaparezca.

La bioresistencia o la resistencia de la vida, tiene que ir de la mano con la construcción de nuevos horizontes fuera de los alcances del capitalismo de muerte; de lo que se trata entonces es repensar las formas de vida, los caminos que se han trazado, la construcción de sociedades de paz, la construcción de culturas de paz, establecer nuevos métodos para erradicar la violencia, construir a partir del poder y de las instancias gubernamentales socialistas nuevos contextos de vidas, que incluyan a las mujeres, a los niños, a los jóvenes, a los ancianos, a la clase trabajadora, a los pueblos originarios, a los defensores del territorio y los recursos naturales, a la comunidad LGBT, a los que luchan, a los colectivos de mujeres, a los estudiantes y maestros dignos.

Construir el socialismo con ellos, con nosotros, luchar no de manera individual como el capitalismo de muerte nos ha inculcado, sino luchar en grupos, echando montón como dijeran los zapatistas, juntándonos, a pesar de nuestras diferencias de formas mas no de fondos. Organizarnos en frentes comunes, que la consigna de nos tocan a uno, nos tocan a todos, sea una praxis cotidiana entre nosotros. Estamos pasando por los diversos círculos del infierno de Dante, buscando a nuestros hijos, sacando los cuerpos de nuestros padres o esposos enterrados en la mina. Exigiendo la aparición con vida de seres queridos, exigiendo justicia por las muertes de mujeres, pidiendo paz en las calles y que paren la guerra en el mundo y México. Estamos poniendo el pecho a la maquinaria que destruye la selva y abre caminos al capital para seguir saqueando.

Nosotros proponemos el socialismo, que incluya la digna lucha de nuestros pueblos, de nuestras familias, de nuestros colectivos, no nos interesa construir el socialismo en nombre del progreso, para seguir explotando recursos naturales con las mismas prácticas del necrocapitalismo. Nosotros proponemos el socialismo, la cultura de paz entre los pueblos, el derecho a la autodeterminación de los pueblos originarios, el derecho a decidir de las mujeres sobre sus cuerpos, la posibilidad de acceso a una educación científica, de calidad, pero que respete las creencias y tradiciones de nuestro pueblo.

Sacar de los extractos precarios de vida a millones de seres humanos, no dividendo entre países el fenómeno, dado que es global. Pensemos entonces en globalidades, la lucha contra el narcotráfico inicia cuando se le da el análisis concreto, la ejecución exacta de salud pública, con política de salud, la ejecución de seguridad no para levantar o amedrentar a quien consume, sino para darles las condiciones y contextos necesarios para que dejen las drogas, que participe en el arte y la cultura como elemento de resistencia, de construcción de sociedad, la lectura, el derecho al ocio, al deporte, al estudio, la aspiración a mejorar sus condiciones de vida.

La cultura de paz establece el fin de la sociedad capitalista, la cultura de paz social y justicia viene de la mano con eso, con justicia para las víctimas, para los familiares de desaparecidos, justicia para luchadores sociales y buscadores de personas. La bioresistencia tiene que ir de la mano con la construcción de vida, de cultura, de relaciones entre las personas, relaciones entre humanos y no humanos, que cambie la balanza de muerte que hasta ahorita lleva ganando el capital.

Hoy debemos celebrar esta reunión, la preocupación constante de construir nuevos horizontes, nuevos futuros, pero sobre todo nuevos presentes. La lucha por el socialismo es la lucha por la vida en estos tiempos del capitalismo de muerte. Enfrentarlo entonces, con rabia, con presencia, pero también con alegría.

Venga pues, a darle, a organizarnos, a respetarnos como colectivos y organizaciones. Pero a marchar juntos, a discutir juntos, a tomar acuerdos juntos, la humanidad pende de un hilo. Es necesario juntarnos, luchar y vencer.

Muchas gracias compañeros y compañeras.

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