Ciudad de México, julio-agosto del 2025. En lo doméstico, a casa solo llega la familia y los amigos, en política, a una organización solo llegan los compañeros y sus aliados.
Una delegación de comunistas estuvieron en las casas que los compañeros de la Organización Popular Francisco Villa de Izquierda Independiente, la OPFVII, construye a diario desde hace más de tres décadas en la Ciudad de México, con la finalidad de conocer cómo viven, como se organizan, como construyen y lo más difícil cómo se sostienen esas casas en sus comunidades y sobre todo en las entrañas de la ciudad más poblada de México y de varios continentes de nuestro planeta. Las primeras lecciones aprendidas, solo con organización diaria, pero no cualquier organización, sino generada de la reflexión colectiva, pero no cualquier reflexión, porque todos reflexionamos, sino que debe ser basada en la ciencia, cultura y formación política. Y, además, la organización debe estar metida en todos los actos de la vida en la comunidad, su nacimiento, su salud, su crecimiento, su educación, su seguridad, su trabajo, su cultura, sus finanzas hasta en su muerte, pero todo generado en comunidad, sin esperar nada del gobierno, ni de los partidos políticos electoreros, independientes pues y no solamente independientes, sino además de izquierda, la verdadera, la que late al lado del corazón de todo ser humano.
Los niños son cuidados en su desarrollo, porque en el construir comunidad en décadas la violencia contra ellos ha sido erradicada, se les siembra la semilla de la cultura en las “casas nuestras” donde se lee y se inician en las diversas comisiones de su comunidad, “un hombre culto, es un hombre libre” sentenció el apóstol cubano. Las mujeres son parte y por lo regular son electas mediante voto las responsables de las comisiones que cuidan y construyen comunidad, porque la violencia contra ellas se acabó, existe una campaña permanente y verdadera contra la violencia de género. Los adultos son cuidados por la comisión de salud y deporte. Es una lucha diaria contra la inseguridad y la forma moderna de generarla, las drogas, las comunidades son seguras. Para evitar caer en las garras de los agiotistas, esos que tienen permiso del gobierno para sangrar la anémica economía del pueblo, ellos tienen su propia “talega” para ahorrar y resolver los pequeños y grandes baches financieros en que los trabajadores suelen caer en el accidentado andar de la vida capitalista. Para contrarrestar la propaganda capitalista, existe la radio, El General, la gaceta, la internet y redes sociales que muy atinadamente maneja la comisión de difusión. Son muchas cosas, son muchos problemas, pero también, es más su organización en formación y análisis cotidiano, juntos llegan a conclusiones y en colectivo implementan sus soluciones. Y esto no es casualidad, un árbol de maple los guía desde una hermosa barranca en Acapatzingo, el cual se nutre desde sus raíces con el ejemplo de vida de Alejandro Juárez. “Es justo que todos aspiremos a ser más, pero también que todos nos hagamos valer por nuestros hechos” indicó nuestro General Francisco Villa y la OPFVII diariamente aspira a ser más y lo hacen valer con sus hechos de construir comunidad.
No cabe duda que, otro mundo es posible y la OPFVII nos da el ejemplo, más cuando no se está solo, pues en la gran ciudad, los compañeros de Xochitlanezi también construyen el común.
Después de unos días de convivencia, la delegación comunista, se lleva el tanque rebosante de combustible revolucionario y ecológico, que sabemos moverá el vehículo comunista en ese recorrido por los caminos, ciudades y centros de trabajo de nuestro país que también a diario hacemos para construir esa gran comunidad llamada México, que seguro estamos debe ser de izquierda e independiente de los capitalistas.
A la delegación comunista solo le resta decir, gracias hermanas Panchas, Panchos y Panchitas, nos vamos profundamente satisfechos y fortalecidos de su casa con su ejemplo, fraternal trato y solidario hospedaje.
