Por Benjamín Sandoval, miembro de la Dirección Colectiva.
Asesinar a una o varias personas por temas políticos no es aceptable y debemos condenarlo. Manzo era el “Bukele” michoacano, decían; él, su familia y sus amigos son empresarios, sus intereses son de empresarios. Tiene familia en el gobierno de Michoacán, él fue diputado federal por Morena, llegó a presidente municipal en Uruapan como candidato independiente con apoyo subrepticio del gobernador Bedolla porque su “compañero” candidato de Morena no era de su grupo o agrado. Él andaba candidateándose para gobernador del estado purépecha, su campaña era acabar con el crimen organizado, lo cual intentó, pero el crimen organizado es un mal generado por un sistema económico-político (capitalismo), él no quiso organizar al pueblo para combatirlo, sino que lo intentó con la policía municipal. Mireles lo intentó con profesionistas y empresarios, tampoco pudo, porque el crimen organizado no lo puedes erradicar con un capitalismo “bueno”, se necesita cambiar el sistema económico – político para que el crimen organizado se extinga. Los gobiernos forman parte del entramado de protección y en ocasiones hasta son quienes dirigen al crimen organizado. En Michoacán, Guerrero y Chiapas hay experiencias de policías comunitarias, CNI o el mismo EZ, quienes por su lucha de construir una sociedad libre y en paz, por defender el territorio que el crimen organizado pretende quitarles para las mineras, son asesinados por el mismo gobierno o el crimen organizado, que en el 99% de las veces son los mismos. Condeno el asesinato de Manzo, los centenares de miles de asesinatos y desapariciones en la guerra contra el narco de los gobiernos panistas y priístas; los abrazos, no balazos de AMLO y la vuelta a “combate” de Claudia.
Mientras al pueblo lo asesinan o desaparecen; a los trabajadores le desconocen derechos y precarizan el trabajo; le privatizan sus pensiones; a los indígenas los desplazan de sus territorios; insisten en construir presas hidroeléctricas para las mineras; a los campesinos que viven del, para y por el campo no les dan créditos de interés social y precios de garantía; y, un largo etcétera, la política neoliberal en los hechos y temas esenciales continúa avanzando y, nosotros, los trabajadores, quienes vivimos de nuestra fuerza de trabajo, seguimos esperando que venga un mesías de los partidos políticos electorales; un libertario de los empresarios; un mano dura como el “Bronco” o “Manzo”; o, un independiente para salvarnos de la inseguridad, el desempleo, la precarización del trabajo, la privatización de las pensiones, la escasez de médico y medicinas en los sistemas de salud públicas estatales, IMSS e ISSSTE, etcétera.
Hay tres opciones “fáciles y únicas” según los políticos:
1. Estar con el gobierno de la 4T en su segundo piso para acabar con la corrupción, confiando en el ejército, marina y guardia nacional que son el pueblo armado y estos no son corruptos;
2. En el 2027 votar por el PAN porque ya cambiaron su logo y ya no se van a juntar con el PRI, el cual los amenaza de que si no le dan la pluri cuando menos para “Alito” no van a ganar, ni con el muerto y no por ser 2 de noviembre, el PRD; o, el patrón esclavista, evasor fiscal venido a “anarco libertario”, el Milei mexicano, Salinas Pliego, quien dice que si los ricos no pagan impuestos el país (de Elektra y banco Azteca avanzarán); y,
3. La ultraderecha del Partido Republicano y algunos altos jerarcas del catolicismo que ofrecen salvarnos del infierno y perdición con un partido verdaderamente de derecha. Los tres son lo mismo, pero con diferentes matices, el malo, el muy malo y el malísimo, los tres tienen un solo dios verdadero, la ganancia, el dinero, el capital.
Existe la otra opción, que no sale en los medios de difusión comercial y no es fácil. La organización del pueblo, de todos quienes vivimos de nuestro esfuerzo personal, de nuestro trabajo, de quienes queremos todo lo contrario a los 3 grupos anteriores. Organizarnos para construir un gobierno que no esté a los órdenes del dinero, de los gringos y banqueros, que sus objetivos sean la vida y el ser humano. Ya las policías comunitarias, CNI y EZLN, nos están demostrando con sus luchas desde el mundo rural y la montaña que otro mundo es posible.
La solución está en lo colectivo y no en el individualismo, debemos construir nuestro camino en la ciudad, en el centro de trabajo, para juntos, organizados y movilizados por hacer cuantos cambios sean necesarios para tener una vida en paz, libre, con trabajo, salud, educación, vivienda, cultura y esparcimiento. Lo merecemos y debemos continuar trabajando en ello.







